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Mesa de Redacción

Olga Sáez

Jefa de contenidos de Lurraldea

Airbnb de mascotas

Hace dos fines de semana tuve que realizar un viaje a Madrid y me vi en la necesidad de buscar un lugar donde dejar a mi perro. La verdad es que solo era una noche y seguramente se hubiera quedado la mar de a gusto en casa, pero las cosas se están poniendo feas. No vaya a ser que le diera por ladrar, me denuncie un vecino y me caiga una multa que por lo que he leído puede ser de hasta de 10.000 euros. Total, me dijo una amiga, busca un hotel de perros y te quedas tranquila. Como si fuera tan fácil. Estaban todos completos. Me avisaron de que para futuras ocasiones debía de llamar con más antelación y me advirtieron de que, de cara al verano, la cosa estaba muy complicada. La mayoría de las familias han reservado sus vacaciones entre enero y marzo y al mismo tiempo han buscado hotel para sus mascotas. Tiene lógica. En un momento de crisis rastreé los alojamientos y descubrí que también existen airbnb de mascotas, o algo similar. O sea familias, o personas solas, que aceptan a tu perro o gato en sus casas mientras tú no estás. Los anfitriones te dan todo tipo de detalles sobre el espacio que van a compartir y los precios no están mal. Estamos en una sociedad petfriendly. Uber para perros y hasta bares con chuches. Falta, creo yo, mayor responsabilidad de los dueños. Por eso, al leer que en las propuestas de los presupuestos participativos de Bilbao los vecinos reclaman el ADN de los canes para castigar a quien no recoja sus cacas, pienso, quid pro quo.