BILBAO está en plena ebullición. El termómetro de la proyección internacional que está teniendo la ciudad se palpa en las calles, que parecen una torre de babel. Hacía además mucho tiempo, prácticamente desde antes de la pandemia, que no se veía tanto periodista extranjero en la presentación de una exposición del Guggenheim. La retrospectiva que se ha programado en el museo para este verano dedicada a Yayoi Kusama, una de las artistas más afamadas y cotizadísimas de la actualidad, merece la atención mediática a nivel mundial. La creadora japonesa es un punto y aparte en el arte. Tiene 94 años, regresó a Japón en 1973 y desde el 77 reside voluntariamente en un hospital psiquiátrico de Tokio. La salud mental no ha sido para ella algo incapacitante para ejercer su arte, todo lo contrario. La propia artista ha confesado que hace su arte para “curarse a sí misma y para curar a toda la humanidad”. Y la verdad es que lo consigue porque una sale mucho mejor del museo tras ver sus alegres y coloristas obras, con una explosión de energía de la felicidad. A falta de unos días para la Grand Départ, el Tour revoluciona también Bilbao. La marea amarilla ha tomado las calles, un evento deportivo con trascendencia planetaria. Y la ciudad también se prepara para acoger el Bilbao BBK Live a partir del día 6, un festival de referencia a nivel internacional. Bilbao es ahora más que nunca una ciudad de vanguardia.
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