PATRONAL y sindicatos han llegado en el Estado a un acuerdo para fijar una guía básica de la negociación colectiva. Una clave es el 10%, el porcentaje de subida recomendado. Otra clave es distribuir en varios años la subida, nada que no se esté haciendo ya en las empresas vascas, en algunos casos superando ese 10%. Así que ese acuerdo es tan interesante para decenas de miles de trabajadores vascos como que les expliquen por qué ventanas de la compañía entra el sol por la mañana. Los que no han renovado el convenio se sentarán a negociar con la dirección con munición extra, pero la realidad de cada empresa será la que fije las condiciones, también como, más o menos, venía ocurriendo hasta ahora. Sería injusto decir que el pacto sobre negociación colectiva de Madrid es papel mojado, pero no cambia en exceso el campo de juego. Y es llamativo que el acuerdo se haya alcanzado pocos días después del 1 de Mayo, una cita en la que los sindicatos empezaron a sacar ingredientes para servir un otoño caliente a la patronal. Todo apunta a que las posturas estaban más cerca de lo que parecía o querían trasladar las centrales sindicales, que no quisieron renunciar a marcar músculo en la fiesta del trabajo. También destaca que todo se haya cocinado dejando al margen a la rutilante y omnipresente ministra de Trabajo y después de que el jefe de los empresarios dijera que la ministra no pintaba nada en este asunto. Ahí se descubre la trampa: a veces la foto es más importante que el acuerdo.