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Mesa de redacción

Asier Diez Mon

Todos en línea

Pues resulta que, en medio de todo el tinglado de digitalización por aquí, innovación de producto por allá, hay empresas que siguen haciendo lo de toda la vida con su apunte moderno. Y cunde una sensación rara, incómoda, que me invita a pensar que cuando se esté cociendo el futuro mi estirpe estará orbitando por alguna galaxia digital y no hincará el diente en la veta buena. La tecnología avanza rápido y que quieren que les diga, yo estoy muy cómodo con lo que me llega. Ahora bien, molaría que las criaturas que viven en mi casa y a las que todavía hay que marcarles el camino al lavavajillas emitieran ciertas señales. Algo que invitara a pensar que estás cara a cara con el próximo Newton. Lo digo básicamente porque este domingo celebramos que el rey de la casa, el mayor, cumple 15 años. Y cuando se convive con alguien que crece cada día mientras uno se queda en su sitio, es fácil caer en la trampa de pensar que todo pasa muy rápido y creer que te quedas atrás. Hablamos de eso de sentirse fuera de sitio. Pero cuando la criatura se enreda, no encuentra la salida a la ecuación de x mil grado y pregunta, llega ese momento en el que vuelves a ser claramente necesario. En todo ese proceso siempre hay una duda: ¿están los padres a la altura de los hijos? Lo pregunto porque el objetivo debería ser que las criaturas estén en línea con ese entorno dinámico que no da tregua y hay veces en las que parece que no hay forma de subirse al tren.