Que Abascal tenga que buscar a un ex del PCE de casi noventa años para su moción de censura patriótica y apostólica es un chiste nacional. Se conoce que la momia de Lenin no estaba disponible. El veterano economista se ha tomado un chupito de formol y se presta a este vodevil. Y eso que ha reconocido públicamente en una entrevista que no defiende a Vox y que sabe que el partido “tiene extremosidades”. Sería increíble si da el discurso en la tribuna, y Vox tiene que abstenerse porque se ha pegado un tiro en el pie. A Abascal no le gusta trabajar, y por eso recurre a este soplo de aire fresco para que haga lo que tendría que hacer él. ¡Qué valiente Santi! ¡Cómo inventas para seguir con tus tretas políticas! Pero a este no lo tendrá que mandar a Andalucía como a Macarena para que no le mueva la silla. Me da mucha pena que al final de su vida, Tamames se haya vuelto tan friki y haya perdido tanto fuelle neuronal. Alguien tendría que haberle dicho que no pase a la historia por este bochorno. Hace unos días, los de Vox hicieron pública una foto grupal de machos patrios de cara a la moción. Una imagen dantesca de un grupo de 12 señoros, flanqueando a su candidato a presidente del Gobierno. Un dream team de cuidado; Abascal, Espinosa de los Monteros, Dragó, y Tamames. Puestos a hacer quinielas, Vox llegará a Toni Cantó. Al tiempo. ¡Cómo tiene que estar la cosa para que Rosa Díez parezca de lo más normal!