LOS Goya han tenido este año nombre vasco. Alauda Ruiz de Azúa, la directora de Cinco Lobitos, se ha alzado como la mejor directora novel, los portugalujos Iván Miñambres y Gaizka Urresti se han llevado también el preciado cabezón. Pero, aparte del triunfo de las creaciones vascas y del de la excelente película As bestas, la fiesta del cine podría pasar a la historia como los Goya de la confusión. El líder del PP y aspirante a presidente del Gobierno español, Alberto Núñez Feijóo, ha vuelto a acumular otra pifia desde que ha asumido la presidencia del partido. De Mariano Rajoy se recuerdan lapsus célebres como: “Es el vecino el que elige al alcalde y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde”. Pero Feijóo se está convirtiendo en su digno sucesor. Aprovechando una visita a la Escuela de Cinematografía y Audiovisual de Madrid para promocionar la gran fiesta del séptimo arte confundió los Goya con los Oscar. Lo de su compañera de partido y presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, es mucho peor, demostrando una falta de sensibilidad total con la viuda de Carlos Saura, Eulàlia Ramón. En el discurso para recoger el galardón, Ramón aseguró que “la sanidad pública se merece que la cuiden tal como su personal nos cuida”. A Ayuso le faltó tiempo para utilizar la crítica de la viuda del cineasta para hacer campaña a su favor en las redes sociales. Si Saura estuviera vivo, le diría unas cuantas cosas.

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