EL mito de la falta de actividad sexual en Euskadi ha quedado definitivamente desterrado con la nota en el ascensor de Elgoibar a la vecina ruidosa que gime demasiado alto. Estos carteles que cuelgan los coleguis de portal dan para un género literario. Y los ruidos sexuales son los grandes protagonistas porque si hay algo que molesta especialmente es ese servicio de despertador no contratado, en modo gente escandalosa, en plena forma amatoria. La nota del edificio guipuzcoano que se ha hecho viral es para enmarcar. “Es época de berrea pero seguro que hay ciervos que berrean menos que tú”. Es como aquel chiste de Eugenio, Oye, ¿tu mujer grita al hacer el amor?... Joder si grita, la oigo desde el bar. La falta de invitación a una cama ajena tan divertida ha levantado muchas suspicacias. Pero es genial que los vecinos hayan resucitado el genero epistolar para comunicar quejas de picaderos. Sobre todo cuando se hace con tanta sorna, conminando a la agraciada sexual a compartir la información de tanta felicidad. “Si tu satisfacción es gracias a algún aparato eléctrico, te estaríamos agradecidos si escribes el nombre y modelo en la línea de puntos”, le dicen. Otros atribuyen la notita al amargado o amargada de turno reconcomido por la envidia. Y muy fastidiado porque para comerse un rosco deben alinearse los nueve planetas del sistema solar, y el complementario de la Primitiva tiene que caer en 6. l

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