L ministro del Interior alemán, Horst Seehofer, ha constatado que la ultraderecha es la mayor amenaza para la seguridad de su país. Un exneonazi español acaba de declarar en una entrevista televisiva que en sus círculos se ha barajado en varias ocasiones dar el salto a la violencia armada. Mientras en Alemania los partidos políticos democráticos tienen marcadas nítidamente las líneas rojas respecto de las formaciones de ultraderecha, en el Estado español no se ha pasado de la luz ámbar en el semáforo que marca la amenaza que suponen esos movimientos. Es más, un partido tan relevante como el PP mantiene encendida la luz verde a la colaboración con Vox, formación ultraderechista en la que se han integrado la gran mayoría de los neonazis españoles, según declaró en la citada entrevista de televisión su excamarada. Dar carta de naturaleza a los fascistas acogiéndolos en las instituciones o rigiendo estas por el camino que esa ideología marca desde fuera es adentrarse en una senda cuyo destino es muy incierto. El refranero alerta de que criar cuervos es una actividad autodestructiva. La derecha española ha decidido montar una granja avícola para alcanzar unas metas a las que no llegan solo con sus alas. No les importa sumar gaviotas, o charranes, con cuervos, para lo que cuentan con el aliento de los buitres mediáticos. Cuando estos pájaros empiecen a darnos picotazos de verdad, ya no nos vamos a reír de Ayuso y compañía.