ZNAR empezó a despresurizar tras su dos mandatos gloriosos pero se marchó haciendo más ruido que una mascletá. Entre falsedades se ha ido moviendo por el mundo aquel hombre que lo fue todo en el PP, tanto que le arrullan a diario por volver, a pesar de señor peligroso y meme. Ocurre con el PP una cosa extraña, ese Aznar que es aquel, no quiere saber nada de su actual partido y su actual partido no quiere saber nada de él. Aznar no quiere volver y Casado en lugar de quemarse él, le hace un exorcismo a una manzana entera, epicentro de todos los males donde se desconoce si por las plantas caminaban sobres o personas. A Aznar le escuece el PP actual, lleno de millenials sin estrategia y Casado no encuentra despacho donde meterse porque todas las paredes le hablan. El 'aznarato' dejó demasiadas cosas en una estampa precisa y conocida y mucho más, como la cantidad de jóvenes que querían pertenecer a ese PP próspero como 'curriculum vitae' y ahora no saben si son de Casado, de Abascal o de la Audiencia Nacional. Toda la obra de Aznar, su legado, llega hasta siglo XXI por mucho que se empeñe en recordar que él dejó otro partido, sólido, fortachón, como un club exclusivo. Esa victoria de hace 25 años dicen que fortaleció a España pero únicamente le dio personajes para un costumbrismo sin parangón que ruedan y ruedan como un tiovivo. Los que están no se terminan de marchar y los que se fueron, ahora 'musos' platinium, siguen ahí.

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