E comentaba ayer un compañero de profesión lo inútil que es buscar un vencedor y un vencido cuando la disputa acaba en acuerdo. La reflexión venía a cuento del Brexit y a la posición en la que han quedado Gran Bretaña y la Unión Europea. El acuerdo en cuestiones como esta es la mejor forma de no perderlo todo. ¿Quién ha cedido más? Que dicte sentencia la historia. De momento, lo que es evidente es que las empresas vascas podrán seguir vendiendo sus productos a las compañías británicas con todas las ventajas de un socio preferente. La burocracia aduanera complicará en el plano administrativo las operaciones, pero el puente comercial sigue siendo igual de sólido. Para los arrantzales, en cambio, el panorama cambia radicalmente y habrá que negociar cuotas cada año. El primer reparto ha sido amargo, pero los pescadores británicos tampoco han quedado satisfechos. Siguiendo con el repaso, el acuerdo entre Bruselas y Londres supondrá la creación de un órgano de coordinación que hará seguimiento de los compromisos y resolverá los conflictos. También nacerán 18 comités comunes con una estructura similar al colegio de comisarios de la UE. Y por si fuera poco, el Brexit amistoso contempla la creación de una asamblea parlamentaria compuesta por representantes británicos y comunitarios. Suena la música de la despedida y no apetece salir a la pista a bailar, pero la melodía suena más a nos seguimos viendo que a un adiós.