NI quito ni pongo, solo comento y pregunto, pero en el tema que sigue a continuación tengo como brújula la reflexión de una excompañera de trabajo a la que he perdido la pista y que en su momento me abrió los ojos. Tras echar un vistazo a una revista de la competencia centrada supuestamente en las féminas, dejó muy clara su opinión al asegurar, coma arriba, verbo abajo, que pediría el finiquito el día en el que el medio de comunicación en el que trabajábamos entonces lanzara una publicación dedicada exclusivamente a las mujeres. Es ese tipo de cosas que reposan aletargadas en algún lugar del cerebro hasta que algo enciende la mecha y pone en órbita el asunto. Qué razón tenía Ruth pensé hace unos días al no encontrar cinco líneas seguidas dignas de leer en una revista de estas características. Lo peor es que ese feminismo vacuo de gigante editorial que puede permitirse un dispendio de esas características se acompasa en otra web del conglomerado con informaciones de los looks estivales mas sexis de las mujeres del famoseo, lo que pone en evidencia el postureo. ¿Acaso no puede una mujer tener interés por temas científicos o literarios? ¿Necesita una mujer que una revista le explique cómo conciliar su vida o cómo hacer más llevadera la menstruación o superar el estrés laboral? O cambiando de enfoque, ¿no puede sentirse atraído un hombre por la decoración o por la cocina? ¿Aporta algo esa segregación de género editorial en el siglo XXI?