QUÉ hay que hacer para no recibir propaganda electoral?, se preguntan miles de frustrados votantes empeñados en evitar tanto gasto inútil. Algunos ya han actuado y han clausurado digitalmente el buzón. Yo lo he intentado y he fracasado. A veces la página del INE estaba petada y otras la dirección URL era un caos. El DNI electrónico resultaba tan inútil como la lista Robinson y se empeñaban en que me descargase no sé qué app y obtuviera otra Cl@ve. Desisto. Voy a dejar que mi buzón se llene de mierda. Mientras me zisco en lo más barrido, constato una paradoja: la Ley de Protección de Datos no permite enterarme de en qué habitación de hospital está ingresada mi tía, pero Abascal se puede meter hasta la cocina y pringarme la encimera de amarillo y rojo. Debería ser ilegal que los partidos se hagan con las bases de datos de los ayuntamientos. Con los votantes hasta los bemoles, la pregunta debería ser qué hay que hacer para no constituir la mesa electoral. Porque sería más efectiva la desobediencia civil que hacer el caldo gordo a unos políticos inútiles. Nos piden borrarnos para economizar, cuando el verdadero ahorro hubiese sido no pagar a unos empleados públicos que no han hecho su trabajo. Ya que regalamos el dinero, sigamos con el paripé y el despilfarro. Así que recibiré la propaganda. Total, tengo el contenedor azul enfrente del portal.

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