AHORA resulta que alguna derecha nacional española se ha vuelto pelín socialista. Muy pelín, eso sí: hay en el extremo derecho de la derecha que se centra desde la extrema derecha algunos brazos que se levantan -pidiendo la vez, no piensen mal- para defender la abstención que permita un gobierno sociata, o sea, de los anteayer rojo-rojísimos, como cordón sanitario a influencias “independentistas”. Los brazos son de los que se pasaban por el hombro de Abascal, entre ellos su benefactora Esperanza Aguirre, y renegaban del cordón, con r, con quienes voxean machismo, xenofobia, homofobia, populismo y otros ismos y fobias. ¿Saben que es un invento francés? Digo el cordon sanitaire. Tiene historia la historia. El término se empleó por première fois en 1822, cuando la Francia absoluta de Luis XVIII situó 15.000 soldados para impedir el paso de refugiados -¿les suena?- desde Catalunya, donde se propagaba la fiebre amarilla; que ya es casualidad el color. Esos quince mil acabarían siendo parte de cien mil, los hijos de San Luis, que entraron en España para acabar con el trienio constitucional posterior a Riego y devolver el poder absoluto a Fernando VII. Cordón sanitario, fiebre amarilla, Catalunya, vuelta atrás en las libertades. ¿De verdad que no les dice nada? Lo que pretende el nacionalismo español es atar al socialismo español. El cordón es, en realidad, una soga... en casa del ahorcado.

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