PUIGDEMONT publica un libro en la Delegación de la Generalitat en Bruselas. ¿No hará nada el Gobierno de España? ¿Y Borrell?”. Afirmaciones como esta y otras donde simpatiza con PP y Ciudadanos proceden de la cuenta de Twitter de Carlos Vidal Prado. Nada anormal si no fuera porque ejerce de vocal de la Junta Electoral Central (JEC) que decidió excluir al president en el exilio de su plancha europea aunque, eso sí, al líder de JxCat le siga llegando la tarjeta censal a su domicilio; o se permitiera a Lluís Puig, en su misma situación, ser candidato al Senado. Recuerda a aquellos tiempos en que, pese a no tener oficialmente ninguno de sus derechos civiles y políticos restringido, 40.000 personas no podían presentarse en una lista sospechosa de ser cercana a la izquierda abertzale y bajo el yugo de la ilegalización. Curiosamente, el fallo se adoptó el domingo electoral y se anunció una vez que el exjefe del Govern salvó los muebles en unas generales con todo en contra y en la que no pocos auguraban su defunción política. Aquellos que son juez y parte en el funcionamiento democrático del Estado no quieren darse cuenta de que conviven en un paisaje con naciones diferentes, prácticamente ajenas a la suya. Cantan los números, y canta que tampoco se permita a Manuela Carmena acudir a los debates por concurrir como Más Madrid, que debe ser un proyecto extraterrestre al que lidera desde hace cuatro años. ¿No se puede mandar a la JEC a la oposición?

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