SE suponía que Alberto Núñez Feijóo iba ayer de telonero de la nueva presidenta balear, Marga Prohens, en uno de los habituales desayunos informativos que organiza la agencia Europa Press. Pero fue ver el micro ante el que supuestamente debía solamente presentar a su compañera de partido y venirse arriba. Muy pero que muy arriba. Tanto, que no dudó en afirmar que “los nacionalismos nos llevan a la Edad Media o a un horizonte similar al de los Balcanes”. Por supuesto, se refería a todos los nacionalismos menos al que profesa él, el español. Pasando por alto la barbaridad de la referencia medieval, no aclaró el mesías gallego si su comparación se refería a los Balcanes de principios del siglo XX o a los de finales. En realidad, estoy por apostar que no tiene las lecturas suficientes para distinguir ambas situaciones. Lo suyo era la demasía por la demasía que, en realidad, es lo único que le queda ahora que se ha resignado a ser, en el mejor de los casos (siempre lo escribo), líder de la oposición en el Congreso español.

Polarización

Cómo vería de exagerada la afirmación Borja Sémper, que el locuaz portavoz hizo mil filigranas verbales cuando los periodistas le preguntaron a qué se refería su jefe con la descomunal analogía. El irundarra se conformó con despejar a córner hablando de “catalanización de la política española” o de “polarización”, el viejo comodín. Por supuesto, el PP se autoexcluye de la lista de causantes del enfangamiento político, a pesar de que ayer su presidente y varios dirigentes amenazaron con utilizar su mayoría absoluta en el Senado para impedir que salga adelante en las Cortes una hipotética ley de amnistía. Reglamento en mano, es cierto que esa mayoría en la llamada cámara alta será un gran dolor de muelas, pero finalmente, se impondrá el procedimiento, y si, como parece, en el Congreso se aprueba la norma con mayoría, no habría forma de impedir que llegue al BOE. Con todo, el solo hecho de anunciar una batería de zancadillas legaloides retrata el respeto por la voluntad de los ciudadanos expresada en las urnas. Claro que para eso también tiene salida Feijóo. Según dijo ayer, los votantes de Junts, PNV y el PSOE (citó expresamente a estos partidos) han sido engañados por sus dirigentes. Y los del PP, no. Ya.