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La vuelta de Javier Vizcaino En confianza

Javier Vizcaíno

Twitter con gusto no pica

ELON Musk es un multimillonario ególatra con un punto (o puntazo) de sadismo psicópata y, sobre todo, con ganas de cachondearse del resto de la humanidad. Como es bien sabido incluso por quienes no tienen ni pajolera idea de lo que es una red social, hace unos meses se compró Twitter por 44.000 millones de euros. Según los expertos, la cifra es, como poco, cinco veces más del valor real de la cosa. Pero al fulano se la bufa. Por más teorías entre conspiranoicas y requetesesudas sobre el oscuro objetivo final de la bárbara inversión, cada vez va quedando más claro que el tipo no busca otra cosa que pasárselo cañón con el juguete.

Y, de momento, que le vayan quitando lo bailado. Desde que se hizo con el control de la corrala del pajarito azul, se ha permitido insultar a medio mundo, despedir a más de la mitad de la plantilla, suspender y reabrir las cuentas de periodistas molestos y, como propina, perder por mucho una encuesta entre los usuarios en la que preguntaba si debía dimitir por los pésimos resultados de su corta gestión. Ni me molesto en cuestionarme si será consecuente con el resultado y se pirará con sus millones a otra parte. De hecho, no tiene por qué hacerlo. Simplemente, es el dueño de la barraca y la maneja como se le pone en la punta del apéndice nasal. Si hay algo sorprendente de este psicodrama chusco, es que sean los mismos afiliados de la plataforma los que clamen sobre no sé qué injusticia intolerable, cuando tienen la posibilidad de borrar la cuenta y dejar de ser víctimas de las tropelías del megalómano sudafricano. Oigan, que es de primero de refranero: sarna con gusto no pica.