Su obra más reciente es ‘Tierra de damas. Las mujeres que construyeron el románico en el País Vasco’. ¡Y todos, dando por hecho que eso fue cosa de hombres!

-Lo que no conocemos del pasado lo suplimos con los prejuicios de nuestro tiempo y así se asume que todo lo hicieron los hombres, aunque la documentación nos enseña que esto no siempre era así.

¿Cuál fue el papel de esas mujeres en la construcción del patrimonio?

-Las damas de la nobleza solían ejercer el matronazgo, que consiste en financiar, planificar y gestionar obras de arte por motivos políticos, de prestigio del linaje..., sobre todo, iglesias y conventos. Ellas se encargaban del mensaje en imágenes de muchas de las iglesias que he investigado.

¿Cómo ha podido identificarlas tantos siglos después?

-En la documentación original aparecen sus nombres, pero en los libros y artículos sobre el románico en ocasiones se ocultan deliberadamente. Por ello es fundamental volver a leer las fuentes originales. Por otro lado, tenemos sus imágenes. Como donantes de los templos muchas veces se representaron en ellos. Solo hay que saber mirar.

Y supongo que quedarán muchas más por descubrir…

-Sí, mi trabajo se ha focalizado en el actual territorio del País Vasco, pero el matronazgo es una función que ejercían damas y reinas de toda Europa.

¿Hay divulgadores (hombres) a los que les molestan este tipo de revelaciones?

-De momento no me he encontrado con ninguna oposición a este planteamiento ni desde el mundo académico ni desde el divulgativo. Paradójicamente, sí que he recibido violencia verbal en redes sociales por parte de algunos hombres sin formación en este campo y que no han leído mi trabajo. 

Usted llegó a denunciar en redes sociales el machismo que tenía que soportar…

-Nuestra sociedad sigue siendo machista y llevo soportando este tipo de actitudes desde que nací, como todas las mujeres. En redes sociales hay personas que, escondidas en el anonimato, dan rienda suelta a un machismo muy violento, aunque hay que decir que la mayoría son cuentas falsas y no personas reales y que la respuesta positiva es infinitamente mayor que la negativa.

La idea que tenemos sobre la Edad Media es que fue un tiempo violento, sucio y machista. ¿Coincide con la realidad?

-Muchas épocas cumplirían esas características, pero en el imaginario colectivo la Edad Media se ha convertido en el chivo expiatorio de la Historia, el lugar al que van a parar todos los males de nuestro tiempo para autoconvencernos de que vivimos en el mejor de los mundos posibles. 

¿Por qué, con o sin mitos, nos sigue fascinando tanto hoy esa época?

-Es evidente que hay una fascinación por ese período tanto en nuestra cultura popular como a nivel político, pero sería muy complejo abordar sus motivos profundos; obedecen a multitud de factores.

Sus publicaciones corresponden, hasta ahora, a la divulgación. ¿No le tienta la ficción sobre la misma materia?

-Quizá algún día. De momento hay mucho trabajo por hacer reponiendo a las mujeres del pasado en el lugar que se merecen en la historia.