Recién ordenado sacerdote en la diócesis de Bizkaia: Me alegro infinitamente de que, como le dice a mi compañera Arantza Rodríguez, haya tomado la decisión que más feliz le hace. Comprenda (me consta que lo hace) que a los demás nos parezca extraño que un chaval de 25 años opte por ese camino. Pero no seré yo, ateo gracias a Dios, quien le critique por, en definitiva, ser valiente e ir contra corriente.

Al contrario, me satisface ver que entre los que han renovado pocas veces el carné de identidad haya quien escoja su futuro después de un periodo de reflexión que seguramente ha sido largo e intenso. Igualmente, me conforta comprobar que tiene una mentalidad abierta y que aboga por la autocrítica de la iglesia. Le deseo suerte y, sobre todo, buen juicio.