Tic-tac, corre el reloj hacia la vuelta del rey expatriado en el Golfo. La primera parada será el sábado en Sanxenxo (Sangenjo, para la prensa de orden) a bribonear un poco en su barco, tras avisar a sus compañeros de que está desentrenado. Se supone que el salto es el ensayo para el regreso final. Se esperaría, pues, que la prensa cortesa estuviera saltibrincando. Pero no es para tanto. Se ve que lo dejan para el día D.

En La Razón ni siquiera hay un apuntito en primera, aunque luego sí hay una página completa en el interior. De una neutralidad que mosquea. Como contrapeso, en la última nos encontramos al monárquico con más quinquenios acreditados, Luis María Anson repartiendo estopa desde la primera línea. Ojo, que no habla de Cuba: "Los partidarios del sistema castrista decidieron liquidar el eje de la democracia pluralista plena española que es la Monarquía parlamentaria, la Monarquía de todos. Organizaron contra el Rey padre una desmesurada campaña cuyo objetivo final era desmontar a Felipe VI. Como la Institución está por encima de las personas, Don Juan Carlos se apartó discretamente de España y Don Felipe no defendió a su padre evitando instalar a la Monarquía en el debate político. Con prudencia y lucidez, se negó a embestir la muleta que la ultraizquierda le tendía".

En El Mundo tampoco hay mención en primera, pero sí una sábana completa de genuflexiones firmada por Juan-Miguel Villar Mir, ahí es nada. El exministro de Arias Navarro da por hecha la repatriación y exresa su deseo en el título: "Feliz bienvenida, Majestad". Lo siguiente es jabón y más jabón: "Despejados los principales nubarrones, vacíos de contenido real, que aparecieron en la última etapa de vuestro reinado y próximo vuestro retorno a España, adonde viajaréis a partir de ahora con frecuencia, celebro muy intensamente vuestro regreso, Majestad, que permite reiterar el reconocimiento del mérito de vuestra importantísima acción política a lo largo de medio siglo de desvelos, de los que todos los españoles somos deudores".

Con todo, el premio al pelota del día es para Miquel Giménez (Vozpópuli) que, bajo el título "Bienvenido a casa, Señor", se deshace en natillas para el campechano... al tiempo que espolvorea napalm para sus enemigos. Y ojo al final esperpéntico: "Porque el rey no se marchó. Al rey lo echaron Pedro Sánchez y su corte de comunistas resentidos, de separatistas caciques, de opinadores de la nada, una cortesana de lujo, un ex policía corrupto y quizás alguien más cuyo nombre omito. Permítanme que me ponga en primera posición de saludo y el turuta haga sonar el toque de oficiales. Porque vuelve Don Juan Carlos de Borbón y Borbón, mi Capitán General, mi Rey. Y griten conmigo ¡Viva el Rey, viva España, viva la Legión!".

Y aunque es de hace dos días, les rescato una reveladora pieza de Alfonso Ussía en El Debate. En realidad se trata de una amarga queja porque Juan Carlos no tendrá casa oficial donde vivir. Pero lo mejor es el comienzo donde los que le llamamos "Emérito" encontramos más motivos para seguir haciéndolo: "Al Rey Juan Carlos le molesta mucho que le digan «El Emérito». El término lo acuñó un enemigo con el beneplácito de La Zarzuela y La Moncloa. O una enemiga. A Don Juan también le irritaba ser denominado «El Pretendiente». Lo del Emérito ha calado en la mala costumbre. Y abre las puertas a la claridad. Quienes se refieren al Rey Padre demuestran su respeto por la figura de quien ha sido un excepcional Rey. Los que usan lo del Emérito están en el bando de la ingratitud y el resentimiento".

Bendodo, sospechoso de proseparatista

Pues sí, el otr protagonista de la jornada es Elías Bendodo, el Teodoro del PP de Feijóo, que no se ha estrenado con buen pie. No se le ocurrió al hombre otra cosa que decir que Catalunya es una nacionalidad histórica del Estado español. Le están cayendo soplamocos como panes. Les copio y pego algunos.

Jorge Vilches en Vózpouli: "Quizá el PP se presente ahora como la confederación de partidos nacionales para ganar unos votos en Cataluña y País Vasco, o pactar luego con la derecha nacionalista catalana y vasca. Estaría bien una aclaración. No es que nos haga caer del caballo, es por saber si después de décadas de partirse la cara -y algo más- los populares reconocen que finalmente los nacionalistas y los socialistas tenían razón".

Luis Ventoso en El Debate: "Es decir: un hombre fuerte del nuevo PP está comprando la jerga más nociva del zapaterismo, la mercancía averiada que ha convertido al PSOE en el tonto útil del nacionalismo. Lo que cabría esperar de un gran partido de centro-derecha que aspira a gobernar España en breve es una defensa firme de la unidad de la nación, que sigue amenazada; una propuesta persuasiva que venda en Cataluña y el País Vasco las ventajas y bondades del proyecto común español; y un máximo apoyo a la lengua que nos une a todos".

Juan Diego Madueño en El Mundo: "Había invocado el eufemismo oscurantista de España, el sintagma utilizado por la clase política como una señal de apareamiento dirigida al nacionalismo. Aunque se haya producido en Cataluña un intento de golpe de Estado o los diputados de Bildu no condenen los asesinatos cometidos por quienes construyeron la base social de sus votos sobre un lecho de cadáveres, siempre aparece algún responsable de los partidos llamados tradicionales ofreciéndose a iniciar los trámites del cruising entre el 78 y el independentismo".

Editorialista de El Mundo: "Caer en el marco lingüístico del independentismo supone aceptar esta manipulación de quienes violentan a diario nuestro ordenamiento jurídico y convivencia social. El respaldo popular que el PP busca en Cataluña no lo va a encontrar ahí, por mucho que lo quiera revestir de moderación. Porque una cosa es la moderación y otra la evidencia de que la neutralidad no es una opción. Esperamos que el error de Bendodo sea rápidamente subsanado y que no suponga un cambio de estrategia que sería suicida, sin duda, para su partido, pero sobre todo para el constitucionalismo en su conjunto. Urge en el PP de Feijóo un discurso coherente con su proyecto de igualdad y respeto a la nación española".

Pablo Planas en Libertad Digital: "Para que lo entiendan si es que lo quieren entender en el "nuevo" PP: Cataluña es una región de España, igual que Andalucía, Galicia o el País Vasco. Tal vez la Constitución sí requiera una reforma, pero para eliminar aquella concesión a los separatistas de discriminar entre supuestas "nacionalidades" y regiones".

El conjunto de las piezas bien podría titularse "Bendodo, primer aviso".