Anada que tengan cierta edad, alguna necesidad pendiente de cubrir o una obligación cercana ya lo sabrán: las obras siempre son inoportunas. Los martillazos del vecino del quinto, el traqueteo de una máquina cercana, el tránsito de camiones que vienen y van bajo tu ventana, los andamios que entorpecen tu paso... Hay mil maneras diferentes de que a uno le joda la marrana, dicho sea con perdón.

Es lo que ocurre ahora con el parking del Ensanche, en estado de renovación a partir del domingo entrante. Se perderán, durante un buen tiempo, plazas de aparcamiento que, con lo difícil que resulta encontrarlas después, van a crear un contratiempo a los vecinos. No será los únicos afectados. No por nada, las obras también incordiarán a las aves de paso, si me permiten llamarles así. El tráfico rodado quedará interrumpido en ambos laterales de la plaza hasta la finalización de las obras, excepto en el tramo que discurre frente al Mercado del Ensanche entre las calles Ibáñez de Bilbao y Henao que permanecerá abierto en todo momento. El corte del lado oeste de la plaza será definitivo. Hay que amoldarse a las nuevas zanjas, ese es el mensaje.

No es, no obstante, un trastorno definitivo sino una operación para la mejora de la ciudad. Como contraprestación y para compensar la eliminación de plazas de aparcamiento para residentes en las calles afectadas por las obras, las plazas de OTA entre los números 2 y 10 de la calle Henao, de estacionamiento en batería, que ahora son zona azul, pasarán a ser zona verde a partir de la primera semana de mayo. Un analgésico para quitar algún que otro dolor de cabeza que surgirá, sin duda, a la hora de aparcar el coche cerca de casa para los vecinos. Menos es nada.

Son parches, ya lo sé. Lo deseable vendrá dentro de un tiempo. La urbanización de la nueva plaza comenzará en otoño de 2025, una vez se hayan llevado a cabo los trabajos de cimentación y forjados del parking. La apertura de las nuevas instalaciones está prevista para otoño de 2026. Será un parking con las últimas tecnologías para este tipo de equipamiento y la plaza,., ahora cerrada, se convertirá en una nueva zona verde, con una nutrida red de arbolado y una amplia zona de esparcimiento. Suena a las mil maravillas. Ya sé que los vecinos más cercanos me dirán que es mucho tiempo entre incordios. Es el castigo de los dioses a quienes desean, deseamos, vivir mejor.