L futuro de Europa empieza a decidirse en las elecciones que se celebran hoy en Alemania. El histórico e incierto relevo de Angela Merkel al frente de la cancillería germana va a marcar, sin duda, el devenir de la UE tras 16 años de liderazgo de la eficaz y solvente dirigente conservadora, primera mujer en pilotar la locomotora alemana y que ha sabido trasladar su sobria y pragmática visión de la política sin olvidar en ningún momento los principios y valores que la inspiran dentro de la democracia cristiana. Merkel deja un legado en el que hay más luces que sombras, tanto desde el punto de vista local -cuando fue proclamada canciller en 2015, Alemania padecía una profunda crisis que ha sabido revertir hasta colocar de nuevo al país al frente de la UE- como europeo, incluyendo la ampliación de la Unión hacia el este, la inmigración -en especial, su polémica decisión de acoger a los refugiados en 2015 y que, a la postre, fue el germen del imparable crecimiento hasta hoy de la ultraderecha- y la que ha sido su última contribución, tanto en la gestión de la pandemia como en la activación de políticas hacia la recuperación tras la crisis al romper el tabú del endeudamiento conjunto. Esta era Merkel ha tocado a su fin. Las urnas deben decidir quién liderará a partir de ahora Alemania, aunque eso no significará necesariamente que el sucesor de la excanciller vaya a ser asimismo heredero de su posición preeminente en la Unión Europea. Una UE que, significativamente, ha estado desaparecida en la campaña electoral, muy centrada en el debate interno sobre políticas económicas y sociales y medidas necesarias para frenar el cambio climático, que va a tener un alto protagonismo en los próximos años. Las encuestas dibujan un empate técnico entre los conservadores de la CDU-CSU encabezados por Armin Laschet y que cuenta con el apoyo de Merkel, y los socialdemócratas del SPD, liderados por Olaf Scholz, con una ventaja mínima. En cualquier caso, todo apunta a la necesidad de acuerdos amplios, probablemente entre tres partidos, con los Verdes -en claro ascenso- como posible aliado y bisagra. Sea quien sea el nuevo canciller, tendrá un complicado reto tanto ante la herencia política que deja Angela Merkel como para forjar un nuevo liderazgo europeo en esta nueva era para Alemania y la UE.