EN alguna ocasión, en estas mismas páginas, Xabier Arzalluz confesaba que no le resultaba fácil definirse. “Un hombre tiene muchas contradicciones, no es líneal”, decía. “Mi vida ha sido dura y en ese sentido soy bastante imperturbable ante las gentes y ante los acontecimientos. Pocas cosas me asustan. Por tanto, no sé exáctamente cómo soy. En todo caso, un saco de sensaciones, de vivencias. No se nos ve como somos...”. Sin embargo, definir a Xabier Arzalluz Antia guarda la escasa dificultad de escribir una palabra, jeltzale; otra a lo sumo, abertzale. Porque Arzalluz ha sido, como todo jeltzale de su tiempo, de su generación, ambas cosas a la vez y antes que nada. Resulta más arduo definir, acotar, su importancia en lo que hoy es EAJ-PNV, en lo que hoy es Euskadi, abarcarla en toda su extensión. Ni uno, el partido, ni otra, la patria, podrían entenderse hoy sin la personalidad, la presencia e influencia políticas, enormes, indefinibles en su relevancia, de quien se comprometió con el Partido Nacionalista Vasco en plena dictadura de la mano de Luis María Retolaza y Juan de Ajuriaguerra --desde 1968, ya en 1971 formaba parte del BBB-; lo representó, representando a Euskadi, como diputado (1977-1979) en el Madrid constituyente del que se resistió a formar parte; y lo lideró desde 1980 hasta 2004, tiempo en el que llevó al PNV hacia la modernidad y desde esa responsabilidad contribuyó a transformar la Euskadi resistente, golpeada por la dictadura y la crisis económica, en la Euskadi emergente que recuperaba su identidad, su autogobierno y emprendía el desarrollo socioeconómico necesario ante los desafíos de este siglo XXI. Quizá porque él mismo, Arzalluz, poliédrico en sus capacidades, resultado del niño que correteaba Azkoitia, del jesuita en Alemania y el profesor y político en Bilbao, desdecía con hechos el dibujo inflexible con que algunos pretendieron caricaturizar el carácter imperturbable que él admitía. ¿Cómo iba a serlo quien alcanzó pactos y acuerdos que marcaron la vida política -y social- de Euskadi y del Estado con Felipe González, con José María Aznar y con Arnaldo Otegi y que por hacerlo tuvo que soportar ataques y críticas de todos ellos? Con su fallecimiento, Euskadi y EAJ-PNV, sus dos grandes desvelos, quedan huérfanos de una de sus principales referencias políticas. Xabier Arzalluz, Agur eta Ohore! Egun handira arte!