L igual que sucedió tras apear al Barcelona en la visita a Vallecas, anoche en casa ante el Espanyol cuatro días después de eliminar al Real Madrid, el Athletic hizo los deberes. Repetición de la jugada. De nuevo pudo apreciarse la desigual enjundia y vistosidad que puede adornar el signo de la victoria. En los dos compromisos ligueros citados, el equipo cambió el estelar y brillante protagonismo de la Copa por una versión caracterizada por la laboriosidad y el pragmatismo. Es de lo que se trata: conseguir al margen de rivales, escenarios y frentes un rendimiento que se traduzca en una dinámica sostenible, rentable.

No era así hasta hace poco. Durante un año, el gran problema de los rojiblancos se ha reflejado en su incapacidad para dar la talla con regularidad. Ahora no, ahora se empieza a demostrar que cuenta con argumentos de fuste para competir con probabilidades de éxito un día sí y al siguiente también. Y que esa máxima que defiende que todos los partidos, sin distinciones, son valiosos no es una frase hecha, una aspiración que se trunca al mínimo golpe de aire, sino una consigna que ha arraigado en el seno del grupo y guía sus pasos sobre la hierba.

Es obvio que la gestión de la plantilla asoma como factor clave para entender esta transformación en el comportamiento. Marcelino ha aparcado el modo en que distribuía minutos y responsabilidades. Ya se había comprobado que el método anterior, la insistencia en un bloque muy concreto, era inviable para funcionar con garantías en el largo plazo. Los titulares, por sí solos, no respondían satisfactoriamente a la exigencia del calendario, nunca han respondido a esa carga por razones que estaban a la vista de cualquiera porque, para qué negarlo, el tema venía de lejos, no solo abarca la etapa del actual técnico.

Las mejores imágenes del Athletic - Espanyol. Fotos: Pablo Viñas y Juan LazkanoAl margen de que resulta poco práctico depender de doce, trece o catorce piezas, luego hay que considerar que el tipo de juego que prefiere y más conviene al Athletic convierte en más utópica incluso esa pretensión de apoyarse empecinadamente en los favoritos del míster de turno. Por si con lo expuesto no bastase, añadir que además era evidente que Marcelino disponía de alternativas interesantes para todas o casi todas las demarcaciones, aunque pareciera lo contrario mientras los teóricos relevos estaban abocados a roles muy secundarios. En realidad, no existen diferencias tan sustanciales entre los tenidos como titulares y los señalados como suplentes. Aunque haya alguna excepción, algún fijo sin discusión, los integrantes del plantel son intercambiables o pueden serlo si la confianza se reparte con generosidad, término este que cabría sustituir por inteligencia.Siete novedades hubo en Vallecas; ayer lunes fueron ocho delante de la afición. Seis puntos al casillero. La prueba irrefutable de que el crecimiento del equipo descansa en la disponibilidad de un amplísimo catálogo de jugadores perfectamente dotados para encajar en una estructura bien engrasada y aplicada en los conceptos tácticos, sobre todo en los relativos al trabajo defensivo. Frente a un Espanyol atrevido y muy amigo de la posesión, cuya actitud favoreció una primera mitad de lo más amena, el Athletic realizó un enorme desgaste cuyo fruto se plasmó a partir del descanso. Un chut lejano de Darder, palmeado a córner por el diligente Simón, fue cuanto produjo el rival.Cierto que en dicho período el Athletic quedó inédito en ataque. Una mala noticia, pero es que no mejoró con las incorporaciones, sin acierto y con problemas para asumir el ritmo de la pelea. En el primer acto sí fue profundo y exhibió una pegada formidable. Impactante la forma en que volteó el gol catalán, dos llegadas y ambas al puchero. En un santiamén. Una reacción rabiosa para enganchar a la grada y poner las cosas en orden. Menos mal, pues enfrente en ningún momento se achantaron. El fútbol alegre del Espanyol no reparó en los vaivenes del resultado, de modo que vete a saber qué hubiese pasado si el 0-1 persiste. Pocas veces en la temporada han coincidido dos formaciones ofensivas y de ese pulso salió vencedor el Athletic. Luego, tocó guardar la ropa y ahí cumplió sobradamente. ¡Ese Balenziaga! ¿Cuántos balones ganó?

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resulta poco práctico depender de doce, trece o catorce piezas Marcelino disponía de alternativas interesantes para todas o casi todas las demarcacionesno existen diferencias tan sustanciales entre los tenidos como titulares y los señalados como suplentes.Siete novedades hubo en Vallecas; ayer lunes fueron ocho delante de la aficiónel Athletic

en dicho período el Athletic quedó inédito en ataque. Una mala noticia, pero es que no mejoró con las incorporacionesPocas veces en la temporada han coincidido dos formaciones ofensivas y de ese pulso salió vencedor el Athletic. Luego, tocó guardar la ropa