Los números no mienten, es de lo poco que en el fútbol no se puede discutir. Me decía desde muy pequeño mi “tío” y comentarista de Onda Vasca, Victor Llopis, que equipo que encaja pocos goles siempre está arriba y así es. El Athletic tiene unos guarismos brillantes en este campo y de hecho Unai Simón es en la jornada catorce el Zamora de la liga. Arreglar lo de atrás era una obsesión para un técnico que cogió el equipo en la UVI y en unos meses lo colocó no solo en puestos de tranquilidad sino también apto para poder clasificarse para competición europea.

Realizado el trabajo, Garitano y su cuerpo técnico, con nuevo presidente, fue Urrutia quien les colocó en el cargo, fueron renovados y firmaron por una temporada más. Llegamos a fechas navideñas y los deberes se van haciendo una vez más con nota. El equipo superado un tercio de campeonato está en puestos europeos y su balance es óptimo. Como todos los conjuntos de la Primera ha sufrido baches de juego y resultados pero una vez más el trabajo en Lezama ha posibilitado estar mirando hacia arriba en la tabla.

Sobre lo de jugar bien o mal hay un mundo de interpretaciones. Lo más importante es tener claro quién eres y a lo que puedes jugar y en este sentido no hay duda que los técnicos lo tienen muy claro. Como decimos en la radio si tienes huevo y patatas raro será que no hagas tortilla. La normalidad preside ahora mismo un vestuario en el que los roles están perfectamente definidos y eso se nota cada vez más en el campo.

Considero además que Garitano es el mejor entrenador posible para determinar los jugadores que deben dar el salto al primer equipo, ha sido canterano, ha trabajado como míster de la cantera y ha mamado la filosofía como nadie. No nos volvamos locos buscando fuera lo que ya tenemos en casa, demos tiempo y tranquilidad a este grupo de entrenadores para que consigan sacar el máximo a un equipo que por la pinta les entiende perfectamente.