L núcleo de la célula es el eje sobre el que rota la vida, el embrión que contiene la mayor parte del material genético. He ahí una verdad biológica incontestable que puede utilizarse como metáfora para explicar la vida de una ciudad. Dicho así, no cabe duda que el Ensanche de Bilbao se ha convertido en el núcleo de la villa, el punto donde late con más fuerza Bilbao si se juzga su corazón hostelero y comercial. Quiere decirse que en esas latitudes es donde palpita este Bilbao del siglo XXI que se ha enriquecido a partir de ese puñadito de calles con el atractivo de una piedra imán. Las ciencias, las artes, y el comercio son algunas de las columnas más fuertes del edificio social, pero nunca serán la base. La sociedad descansa sobre un cimiento más sólido; sobre la moral. Esas son cuestiones filosóficas, ya lo sé. Pero no conviene olvidarlo.

Nos gustaría que ese don, el de la feliz bondad, fuese la brújula que nos guiase. No siempre ocurre así. Seamos conscientes: si es por el comercio, el interés propio es el fundamento de esta sociedad; y no nos juntamos por el placer de la compañía, sino para avanzar en los asuntos particulares. Algunos de ustedes se llevarán las manos a la cabeza al escuchar reflexiones como esta pero basta con activar el Pegasus de nuestra conciencia, ahora que tan de moda están estos asuntos del espionaje, para descubrir cuáles son las auténticas intenciones que nos guían. No hay manera de esconder las intenciones de cada cual.

Más allá de esta reflexión hay que reconocer que el Ensanche se ha convertido en la tierra prometida de nuestro hoy por hoy. Llegan incluso noticias de nuevos programas que miden nuestros gustos y tendencias para que los comercios y la hostelería se ajusten a nuestros gustos. Todo está dirigido a un objetivo final: que consumamos. Lo que nos gusta, pero que consumamos. Ese consumo luego existo es la ley de nuestros tiempos.

Cerca de 300 negocios se beneficiarán este año de un gestor implantado por el Ayuntamiento de Bilbao que ofrecerá a las empresas minoristas un asesoramiento personalizado. Su nombre es un CRM, Customer Relationship Management, una herramienta digital a disposición de cada uno de los comercios con un asesoramiento personalizado. Con sus indicaciones se averiguará cuál será el rumbo con más soltura para llegar al futuro. Los comercios y la hostelería ya saben cuál es el mañana.