A verdad es que Alberola Rojas llevó el partido con tranquilidad y acertó a la hora de mostrar las pertinentes tarjetas amarillas. El colegiado castellano-manchego peca un poco en sus poses sobre el terreno de juego de cara a las cámaras de televisión, pero es su estilo. También es verdad que el VAR le salvó en dos ocasiones, aunque en el penalti a favor del Athletic que primero señaló y luego anuló, podría haber valido con su primera decisión, ya que estaba bien colocado y es muy difícil de apreciar si no tienes repeticiones desde todos los ángulos. Fue en el minuto 15, cuando Alberola Rojas no dudó en señalar la pena máxima tras un derribo de Miramón sobre Balenziaga. Lo cierto es que el defensa del Levante toca primero el balón y luego derriba al rojiblanco. Para mí hubiese valido con la primera decisión. En la otra jugada en la que entró el VAR fue en el gol anulado a Berenguer en el segundo acto. Y acertó, porque Raúl García, que peina el balón, está en fuera de juego. Me gustaría aclarar una cuestión. Los jugadores se tiran mucho sobre el césped quejándose de que les han golpeado en la cabeza. Pero no es lo mismo meter el brazo para ganar la posición y contactar con el contrario, que no es tarjeta; que meter el brazo en el cuerpo del contrario para ganar la posición. Y entrar con el brazo de forma intencionada. Eso si es punible.