SE nota que llega a su fin el trabajo de los expertos encargados de redactar el articulado de la propuesta de actualización del estatus político, jurídico y administrativo de la Comunidad Autónoma Vasca. El indicio es que se disparan las filtraciones, que solo pueden llegar de la mano de quienes comprometieron su confidencialidad para salvaguardar esa labor del debate partidista. Pero este ya está aquí. El próximo duelo de tirios y troyanos va sobre si lo que presenten al Parlamento los expertos cumple con el mandato de la ponencia. A EH Bildu, que lleva meses incómodo con el proceso, no le gusta. Lo ha dicho con rotunda indignación esta semana, como si su huída del consenso no hubiera comenzado hace medio año. En plena campaña electoral de las pasadas municipales, era un 22 de mayo cuando Arnaldo Otegi anunció que la coalición tenía su propio articulado, que es lo mismo que repite ahora. Un contexto electoral y una intención de ruptura del procedimiento de facto que se reproducen cuando se atisban elecciones autonómicas en los próximos meses. EH Bildu tiene que articular discurso para explicar que, de nuevo, se vaya a alinear al bloque del no, junto al PP, si finalmente hay consenso del resto de partidos. La pugna retórica es si el mandato a los expertos de la ponencia de respetar las bases del acuerdo PNV-EH Bildu es compatible con el mandato de ampliar consensos. Y si un eventual texto compartido por la representación del 65% del voto -PNV, PSE y Elkarrekin Podemos- no aporta altura a unas bases representativas del 59% -PNV y EH Bildu-. Y si se pueden admitir lecciones sobre procedimientos pactados de quien propugna la unilateralidad a la catalana.