ESA constante retórica que convierte en reproche lo que debería ser virtud, no la acabo de entender. Los partidos se llenan la boca los días pares asegurando su disposición al diálogo con todos y los impares reprochando a otros que lo practiquen. Hay quien se queja de que el PNV acuse a la oposición de hacerle la pinza. Por la boca muere el pez. Campaña mediante, se nos olvida quizá que Alfonso Alonso negaba tres veces la posibilidad de hablar con EH Bildu. El gallo cantaba en ese mismo momento y dejando en evidencia que los populares también lo hacían y esta misma semana unían fuerzas en una votación parlamentaria. Eso es hacer política. No nos rasguemos las vestiduras pero tampoco pretendan desnudar al rival arrancándole las suyas. PNV y EH Bildu han sido capaces de acercar posturas en la ponencia de autogobierno como PNV y PSE lo han sido en la de paz y convivencia. PSE, Podemos y EH Bildu se encontraron en una ley de vivienda que el PNV rechazaba y a nadie se le escapa que los presupuestos podrían haber salido adelante de no haber mediado un pulso preelectoral. Y lo mismo podrían haberlos sacado adelante PNV y PSE con EH Bildu que con Podemos o el PP. A los populares se les llena la boca de dignidad impostada para reprochar al PNV que acuerde con EH Bildu o Podemos. A EH Bildu no se le cae del discurso la acusación de que los jeltzales no acuerdan con ellos y prefieren al PP. ¿A alquien le puede extrañar que el PNV ponga el grito en el cielo cuando PP, EH BIldu y Podemos unen fuerzas? No es que no deban hacerlo, es que la madurez democrática consiste en convertir el diálogo en virtud, no en retórica de desgaste. Pero siempre, ¿eh?