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Jai Alai

Gracias, Circo

Seguramente sacarle una sonrisa a un público desconocido es una de las tareas más difíciles que existen. Si, además, el reto es lograrlo con personas que se encuentran hospitalizadas la cosa se vuelve realmente complicada. Pero ahí están los hombres y mujeres que forman parte del Circo para conseguir lo que parece imposible. Nunca he entendido cómo la palabra payaso terminó siendo un insulto. Una profesión tan noble como la de hacer reír a alguien que pasa sus peores momentos debería ser objeto de halago. Deberíamos estar eternamente agradecidas a quienes dedican su vida a animar a los demás. Y, con los tiempos que corren, más.