Jai Alai
Sigue siendo no
EL lehendakari frustró ayer las últimas esperanzas de todos aquellos que deseaban que pudiera contradecir o desautorizar el rotundo no de su partido, el PNV, a apoyar la investidura de Feijóo. No conocen a Urkullu o viven en una realidad paralela. O ambas cosas. No solo porque no es tan amigo del líder popular más allá de la buena relación institucional que tenían dos presidentes autonómicos ni por fidelidad ciega al partido, sino porque si por algo se distingue Urkullu es por poner sus valores por encima de otras cosas. Y Vox lo contamina todo, aunque el PP lo siga blanqueando.