El Gobierno vasco apuesta por construir un centro de salud de alta resolución en Durango. Sin duda, una gran noticia para toda la comarca. Más en un tiempo en el que la pandemia ha dejado una evidente necesidad de apuesta por los servicios sanitarios para dar respuesta a una fatiga emocional en la población. Y, también, para dar por finiquitadas quejas sostenidas a veces en números de dudosa procedencia, llegadas con especial virulencia desde EH Bildu y Podemos, sobre el escamoteo del departamento de Salud que dirige Gotzone Sagarduy de cara a esta población y su entorno. Sin embargo, la respuesta de ambas formaciones a este anuncio ha sido, de momento, el silencio. Para lo que se supone está mal sobran las palabras. Para las buenas noticias, silencio. Ni EH Bildu ni Podemos emitieron ayer comunicado alguno sobre el anuncio de que Durango tendrá un centro de salud de alta resolución. Un mínimo pronunciamiento se antojaba, cuando menos, obligado en vista de su denuncia compartida de que miles de personas de esta parte de Bizkaia están abandonadas en su atención sanitaria. Pero no. Cri, cri. Silencio. ¿Será por temor a la repercusión de un anuncio tan relevante a dos meses de las elecciones? “Es una magnífica noticia conocer la apuesta de Osakidetza por construir un centro asistencial con Atención Primaria, atención especializada hospitalaria y atención sociosanitaria”, se felicitó en cambio la presidenta de la Mancomunidad, Mireia Elkoroiribe. Esa es la realidad. Durango tendrá un centro de salud de alta resolución. Contará con un edificio que unificará los dos centros de salud existentes (Ambulatorio viejo y Landako) en uno nuevo más grande, moderno, con más especialidades y pruebas diagnósticas y estratégicamente ubicado en el centro de Durango. Igual que en Gernika. Lo que no importa es cómo se llame. Lo cierto es que habrá. Lo demás son fuegos de artificio desestabilizadores.