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El desconocido magnate del este

El desconocido magnate del este

SU nombre suena mal en nuestras latitudes -Daniel Kretinsky, de 44 años-, pero en su Chequia natal retumba con resonancias de conquistador; de conquistador económico (posee una fortuna lindante los 3.000 millones de euros, amasada en menos de 30 años) con una mente que es todo lo contrario de la de un cretino.

En realidad, la historia del auge empresarial de Kretinsky es original hasta la provocación. Para empezar, sus estudios (universidad de Brno) son jurídicos y no económicos; y su entorno familiar dista muchísimo del empresariado: el padre es profesor y la madre, jueza. Y la base de su ascenso en el mundo de los negocios se lo debe Kretinsky ante todo a una materia prima totalmente desacreditada por los políticos de pasiones ecologistas: el carbón.

Esto lo descubrió el joven jurista a finales de los 90 en la empresa J&T, donde prestaba sus servicios, dedicada mayormente a la privatización del sector energético de Chequia. De la estrategia de J&T aprendió las claves del negocio de este sector y, además, entró en contacto con Patrik Tkac -su principal socio hoy en día- y Petr Kellner, el hombre más rico de Chequia, dos eminencia grises de la transformación de J&T en el holding energético EPH. Gracias a los talentos de estos tres hombres, EPH es en la actualidad el mayor consorcio energético de Europa Centro oriental, con una amplia red de centrales eléctricas, oleoductos y minas de carbón en Eslovaquia; el volumen de facturación de los consorcios -que emplean a 25.00 personas- fue el año pasado de 7.000 millones de euros.

La especialización de Kretinsky y Tkac en la rentabilización de las centrales eléctricas basadas en el carbón ha llevado a EPH a tener también centrales en Suecia, Gran Bretaña, Francia y Alemania. Hay que señalar que mientras la empresa sueca Vattenfall creyó haber hecho un gran negocio vendiendo sus minas de lignito y la centrales alimentadas con este carbón en Alemania del Este (Lausitz), la compradora EPH -juntamente con su filial alemana Leag- se ha erigido actualmente en el mayor productor de electricidad de Alemania Oriental.

La nada convencional personalidad de Kretinsky le ha llevado a combinar su expansión económica por Europa a la par con un empeño exagerado de evitar la popularidad. Así, apenas se habla de él en la Prensa a pesar de ser el presidente y cofundado del club de futbol Sparta de Praga, de ser copropietario (con Tkac) de uno de los mayores grupos periodísticos checos, el nuevo propietario de las revistas francesas Elle y Marianne y haber adquirido recientemente un importante paquete de acciones del diario parisiense Le Monde.

Todo esto se sabe, pero apenas se explica en la prensa europea. Y en la propia Chequia no salen ni siquiera comidillas en la prensa del corazón sobre sus amoríos con Anna Kellnerova, gran figura de la hípica del país? ¡e hija de Petr Kellner!