FINALMENTE, Messi y Ronaldo fueron apartados del cotarro, pues su vigor y pulcritud al ejercer el trabajo para el que fueron entrenados inclinaron todos los resultados a favor de su equipo, el equipo de los cabestros. El responsable de la ganadería El Uno que decidió llamar a los bueyes en cuestión con los nombres de tan ilustres futbolistas sabía lo que se hacía. Hasta el punto fueron eficaces en la conducción de la manada en los Encierros de San Fermín que el mocerío hizo una sentada en plena Estafeta a modo de protesta y pidió a la Casa de Misericordia que tomara medidas drásticas so pena de ir a mayores. Los diligentes y muy cabrones Messi y Ronaldo impedían al bizarro mozo tentar a la suerte arrimando como Dios manda su cuerpo serrano al pitón del bicho, con la subsiguiente merma de adrenalina y cercenando la posibilidad de la cornada, esa herida de guerra con la cual poder presumir después en el pueblo, pues para eso se corren los Encierros. Y no te cuento nada si por un casual el mozo logra alcanzar la inmortalidad muriendo en la curva de Mercaderes.

Aitor Elizegi ha pedido a la Casa de Misericordia y elevado sendas instancias la LaLiga y la RFEF para que igualmente tomen medidas, aunque tendría buen conformar con la ausencia únicamente de Messi. Como saben, el sorteo de la competición liguera se hizo de forma dirigida, y los cachondos de la Federación programaron de antemano un Athletic-Barça para abrir boca. Lo hicieron al parecer con regodeo e inquina, argumentando que había que abrir la temporada con un clásico y contemplando además la inminente Aste Nagusia porque así la animación estaba asegurada.

La mala leche que escancian estos tíos de la Federación parece evidente. Sucede que arrancar en San Mamés frente al Barça no aventura nada bueno, sino todo lo contrario, y sin duda aplaca la predisposición al jolgorio. De momento, ¿quién dijo miedo?

No solo llegará Messi con su implacable banda, sino que regresa vestido de azulgrana Antoine Griezmann, bestia parda del Athletic desde sus primeros pasos con la Real Sociedad.

La consumación del fichaje un año después de su rocambolesca gestación sirve además para abundar sobre el fenómeno del momento, el perfil necesario o adaptable, según quién y cuándo, para poder jugar en el equipo rojiblanco. Seguro que recuerdan aquellos días, justo cuando el Bayern pagó los 40 millones de la cláusula de Javi Martínez en agosto de 2012 y el presidente Urrutia, a petición de Marcelo Bielsa, realizó algunos movimientos para la contratación de Griezmann. José Mari Amorrortu, director deportivo entonces, aclaró que la hipotética operación se ajustaba a derecho y conforme a filosofía, dado que si bien nació en Macon, en la borgoña francesa, la criatura fue amamantada en Zubieta desde los 13 años.

La criatura se ha convertido en un lobo que por fin podrá comer a dentellada limpia sentado en la mismísima mesa de Messi, como en su día se arrogó con presunción, para alborozo del club txuri-urdin, que se embolsa el 20 por ciento de la operación, unos 24 millones.

¡Ay! Si el Athletic se hubiera mostrado decidido entonces, o dos años después, cuando se volvió a especular con este fichaje, antes marcharse al Atlético de Madrid.

Conviene dejar las conjeturas al margen y fijarse en lo concreto: Jokin Ezkieta, el único refuerzo de la entidad bilbaina para pasmo generalizado, no en vano lo que no faltan son precisamente porteros de garantía en la plantilla. Sin embargo habrá que confiar en la sagacidad de Rafa Alkorta y su ojo clínico, como ya demostró con la contratación de Kenan Kodro, y la predisposición del muchacho, capaz de decir con arrojo el día de su presentación que desestimó la oferta del Barça para renovarle en cuanto supo del Athletic. “Siempre he admirado su filosofía. Es un orgullo estar aquí”, clamó el portero navarro. Al margen imaginar que si el Barça deja marchar a un futbolista de su plantilla con tanta facilidad será por algo, tengo buenas vibraciones: es de Villava, paisano del gran Indurain.