ESTRADA Fernández no tuvo grandes problemas para solventar con nota el último partido de la temporada en San Mamés. Athletic y Celta se jugaban mucho sobre el césped, pero el colegiado catalán cumplió en su desempeño. También es cierto que ninguno de los veintidós jugadores se lo puso difícil. El internacional estuvo bien técnicamente y mostró las tarjetas justas y necesarias. Y digo que no desentonó porque pitó dos penaltis. La primera de ellas llegó al cuarto de hora de juego. Iker Muniain, muy activo en los metros finales, superó a Néstor Araujo y el defensa celtiña derribó claramente dentro del área al atacante rojiblanco. Luego, Raúl García hizo el resto al convertir el primer gol del partido desde los once metros. Más dudas tengo en el único tanto del Celta, que también llegó tras una pena máxima. Estrada Fernández consideró que Capa tocó el balón con la mano dentro del área antes de que se aplicara el tiempo de descuento. Pero creo que el lateral portugalujo no tiene la mano despegada del cuerpo suficientemente. El colegiado se guardó dos o tres tarjetas con el objetivo de que el encuentro no se fuera por otros derroteros, aunque a los jugadores del Celta tampoco se les vio muy preocupados con el resultado. Las noticias que les llegaban en esos momentos de otros campos de LaLiga eran más o menos favorables, por lo que tienen asegurada la permanencia en Primera una temporada más. En el minuto 79 anuló un gol de Williams, que fusiló a Rubén Blanco, al considerar que estaba en fuera de juego previo Ander Capa. El catalán se apoyó en el VAR y acertó al no dar por válido el que hubiese sido el cuarto tanto de la tarde. Por lo demás, mucha suerte en el futuro a Markel Susaeta, Ander Iturraspe y Mikel Rico. Los tres seguirán jugando al fútbol. Eskerrik asko por todas estas temporadas dándolo todo por el Athletic.
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