Navidad lotera
Al parecer este año tras el talo con chorizo de Santo Tomás nos ha caído de golpe la Navidad en forma de tormenta millonaria de euros cual maná bajado del cielo. Buen comienzo festero, aunque ese nos integrador que utilizo eufemísticamente no especifique la posdata de que una misma se haya quedado totalmente al margen de este pastel navideño. A decir verdad, como le ha sucedido a la mayoría, aunque viendo ayer las eufóricas portadas de los medios bien pudiera parecer que la lotería nos hubiera tocado a todos/as. Así que aparte de la alegría por la propia salud, pomadita balsámica para los/las no agraciados, queda la certeza que me apuntaba otra no agraciada: algo nos ha tocado, porque todos ganamos vía retención fiscal sobre los premios. Visto así? pues vale, y aunque el consuelo sea leve, ahoguemos la propia desilusión en los millones que le lloverán al erario público del que esperemos se haga buen uso para el bien común, pensiones y dependencia incluidas, dicho como voto de esperanza. Porque no se me olvida que ni en Madrid ni en esta parte de Euskal Herria llamada Comunidad Autónoma Vasca han sido capaces de llegar a un acuerdo sobre los presupuestos; prorrogan los anteriores, que no sé si incluirán esta paga extraordinaria del impuesto sobre los millones de la lotería de Navidad.
Esta misma semana en EE.UU. se han quedado sin gobierno por cierre parcial del mismo. Me llama la atención esta medida administrativo-política inaudita entre nosotros; pero en el país de los ricos, donde el gobierno es una empresa que funciona solo si tiene presupuesto, es relativamente frecuente: es el tercer cierre este año. Al amigo/enemigo Trump le aprueban los presupuestos en la Cámara de Representantes pero no en el Senado? y sin dinero no hay gobierno. En consecuencia, 9 departamentos han cerrado, 380.000 funcionarios están cesantes y otros 400.000 trabajarán gratis a la espera del hipotético acuerdo político-administrativo. Esta presión social es posible que haga recapacitar a los negociadores políticos, porque, además, el gobierno por el camino pierde 1.200 millones de dólares por semana, y porque se lamina toda la aportación a sanidad, educación, asuntos sociales y a agencias internacionales, mientras se mantienen y hasta se incrementan los gastos en el muro mexicano, en armas y esas cosas que tanto gustan a la gentedeorden? del ordeno y mando.
Aquí, que no se aprueben los presupuestos parece otro brindis más al sol del solsticio navideño, aunque queden aparcados por el camino los pensionistas, la dependencia, los servicios sociales, la educación, la sanidad, la investigación? Imaginemos, aunque solo fuera por imaginar, que la falta de acuerdo presupuestario supusiera tanto en Madrid como en Gasteiz la cesantía fulminante de miles de funcionarios; sigamos imaginando que entre los cesantes de funciones y salario estuvieran incluidos el rey, el presidente, todos los ministros, adláteres y parlamentarios hasta que lograran el acuerdo? ¿los próceres se esforzarían entonces un poco más en lograr un acuerdo sobre los dineros públicos?
Mientras esto no pueda ser porqueesunimposiblepolítico, sigamos jugando en la esperanza de que nos llueva la suerte y porque a la felicidad de esta Navidad lotera le suceda un próspero año nuevo. Y háganme el favor de ser felices? a pesar de los gobiernos.