BUENA actuación del colegiado alemán Tobias Stieler. El comportamiento del árbitro fue correcto y tiene pinta de que está preparado para grandes partidos.
Stieler sacó las tarjetas justas y supo llevar el juego desde la distancia correcta. Destacó principalmente en dos aspectos: primero, aplicó correctamente en todo momento la ventaja; segundo, descontó, como es extraño de ver en los árbitros, el tiempo perdido en la primera y segunda parte.
El partido no tuvo jugadas conflictivas. Solo fueron acciones de contacto en disputas de balón y siempre hubo deportividad. Si bien, en el minuto 19 se reclamó una mano de un jugador del Spartak cuando saltó para cortar un balón, pero la verdad es que el balón le golpeó en el hombro. Acertó. Lo peor, algo aislado, fue una entrada a Williams en el minuto 31 que pudo tener mayores consecuencias. El colegiado lo saldó con una cartulina amarilla. Por fortuna, Williams salió ileso.
Tenemos que cambiar mucho si queremos superar la siguiente eliminatoria. Los equipos que pueden tocar son muy peligrosos. Si tengo que decantarme por alguno, apuesto por que sea el Milan.
Quiero añadir que siempre es lamentable tener que recordar los incidentes, que se fueron calentando a lo largo de la semana y que desgraciadamente han terminado como lo han hecho, cobrándose la vida de una persona que velaba por la seguridad de los ciudadanos. Lamentable. Vergonzoso.