Síguenos en redes sociales:

La noche más vasca

Fue la noche gigante. O la que se habló en euskera. Porque la edición número 32 de los Goya fue una inolvidable y mágica noche vasca. Una, tres, cinco, siete, nueve y hasta en diez ocasiones Handia resonó fuerte y el cine de Euskadi fue la estrella de una fiesta en que deslumbró junto a las otras protagonistas, las mujeres, reivindicativas de su derecho al respeto y la igualdad de salario y oportunidades. Los abanicos rojos con el mensaje #MásMujeres fueron el contrapunto de color y audacia frente al negro y rigor del esmoquin y la pajarita. No hubo política -si es que el feminismo no es político- pese a que Catalunya sobrevoló, expectante y tensa, durante las más de tres horas de la gala. Nadie dijo nada, ni señal de concordia y afecto, ni apelación a los presos del 155. ¿Por cobardía, por corrección protocolaria, por autocensura? El cine español ha perdido en los despachos del dinero su liderazgo social.

¿Por qué a Aitor Arregi y Jon Garaño les negaron los Goya a la mejor dirección y mejor película? Por la ley de la compensación que impera en la industria del espectáculo. Lo hemos visto antes en Hollywood. Y en Eurovisión. Mi duda es si la Academia del Cine otorgó los premios mayores a La Librería tras el brutal acoso de los intolerantes a Isabel Coixet. Un gesto de solidaridad; comprensible, pero arbitrario. Lo peor corrió a cargo de los presentadores -dos hombres en una celebración de mujeres- que dieron muestras de su portentosa originalidad al repetir el chiste de los vascos que no follan (sic). ¡Qué talento, chicos!

También fue una noche muy mediterránea. A los cabezones de La librería sumó Catalunya otros tres para Verano 1993, rodada en catalán, una historia encantadora hasta morirse, de Carla Simón. Y si Coixet no tuvo inspiración ni ganas para lanzar, precisamente ella, un mensaje fraternal por el diálogo y la libertad, tuvo que ser el productor de la película ganadora, un señor de Barcelona, quien dijera en la tribuna lo mejor de todo: “Eskerrik asko, porque esta noche hay que hablar en vasco”. Genial.