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La tragedia de no tener alternativa

Ni el escrache ni la fracasada moción de censura anti-PP son opción válida ni para el ciudadano ni contra la corrupción

LA pregunta, con intención de parecer retórica, la lanzaba el lunes pasado el líder de ELA, Txiki Muñoz: Si la corrupción como la que enfanga al PP no “inhabilita” la política, ¿qué lo hace? La cuestión era una más de las duras críticas hacia la posición del PNV de mantener su negociación con el Gobierno español para la aprobación de los Presupuestos pese a los últimos escándalos de corrupción en este partido.

¿Qué inhabilita la política? Durante décadas, en este país ni la violencia política lo ha hecho. Había quienes exigían que mientras existiese ETA la reclamación de soberanía o autodeterminación estaba inhabilitada. Pero no. Hasta ELA negociaba convenios mientras había empresarios secuestrados o amenazados o incluso asesinados e incluso firmaba estrategias conjuntas con LAB, sindicato de KAS y el MLNV. Ni la guerra inhabilita la política.

Ahora hay una fuerte corriente según la cual cualquier apoyo al Gobierno español o al PP, por ejemplo para que salgan adelante los Presupuestos Generales del Estado de este año, es, como dijo el portavoz de Sortu Arkaitz Rodríguez, “inmoral”.

Así que olvídense la Generalitat y el president Puigdemont -también, claro, el vicepresident y consejero de Economía y Hacienda, Oriol Junqueras, que tan bien se lleva con la vicepresienta Soraya Sáenz de Santamaría- de negociar sus cosas de referéndums y soberanías con el corrupto Gobierno popular. Y los empresarios y los sindicatos, que no negocien políticas económicas o sociales. Que nadie negocie transferencias, ni la de prisiones.

¿Cuál es la alternativa, más allá del imposible cordón sanitario anticorrupción y apartheid que aísle al PP? De momento, hay dos sobre la mesa: el escrache a las sedes populares (Sortu) y la moción de censura (Podemos). Ambas son de una inanidad pasmosa. Y peligrosas, por diferentes motivos. La propuesta anticorrupción de Podemos, entonces, consiste en que se junten las fuerzas de los ERE de Andalucía; de Espinar y la senadora alavesa; del 3% y el clan Pujol; y de quienes aún no creen “inmoral” matar a alguien por objetivos políticos para regenerar la democracia española. Vamos dados.

La moción de censura -con la consabida seriedad podemita- nos coloca ante la verdadera tragedia: no hay alternativa, hoy por hoy y es de temer que mañana por mañana, al PP corrupto de Mariano Rajoy. Eso sí que inhabilita la política. Me imagino la respuesta de Andoni Ortuzar al SMS de Iglesias que le anunció la moción. Algo así: “Pablo, sé fuerte. Ojalá se cierren pronto los líos. Entonces, me llamas”.