EL Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo comenzó su actividad en noviembre de 2015 con no pocos recelos en Euskadi. Ayer sacó su primer informe monográfico, de título La estrategia del miedo. ETA y la espiral del silencio en el País Vasco, elaborado por los profesores Francisco Llera -conocido por su labor como director del Euskobarómetro- y Rafael Leonisio, ambos de la UPV/EHU. Estrategia de miedo y espiral de silencio. Palabras nada inocentes.
Llera dice muchas cosas, algunas incluso más allá del propio informe, que, por cierto, se basa en los datos de su Euskobarómetro, cuya metodología, datos, cocina e interpretación no gozan de muy buena prensa en amplios sectores políticos y demoscópicos. Y es que el profesor sabe bien cómo dar titulares. Así, afirma que la libertad para participar en política en Euskadi se vio gravemente coartada por la amenaza de ETA pero que afectó “de manera desigual a los diferentes electorados”, por lo que concluye que “el principio de igualdad política quedó en parte desvirtuado”, con lo que viene a deslegitimar, aunque lo niegue con la boca pequeña, los resultados electorales vascos.
Lo que quiere decir el informe es que el terrorismo de ETA benefició política y electoralmente al nacionalismo vasco (PNV e izquierda abertzale) porque este sector social se sentía menos amenazado y, en consecuencia, perjudicó a los no nacionalistas (PSE y PP). Según Llera y según el informe, podía haber gente que tuviera miedo y que, “por lo tanto, no votara a aquello que produce miedo o que está más impactado por el miedo” y, por tanto, “no vote PSE o PP”. ¿Ignora Llera que cuando ETA actuó incluso en plena campaña electoral muchos votos se volcaron, legítima y solidariamente, hacia el partido agredido? ¿Que, por ejemplo, en 1980 el PSE obtuvo 130.000 votos y que en cuatro años, en las elecciones celebradas tres días después del terrible impacto por el asesinato de Enrique Casas (su candidato por Gipuzkoa) subió a los 250.000? ¿Que el PSE fue el partido con más escaños en los comicios de 1986, años de plomo? ¿Casa eso con el argumento de que no se vota a lo “más impactado por el miedo”?
El informe es una tesis, en el sentido menos académico del término. Es el relato en versión sociológica. Y cabe dudar de que esa tesis haya tenido sus correspondientes antítesis y síntesis y de su cabida en un Centro Memorial que busca honrar a las víctimas.
Nadie duda de que el miedo es un elemento clave en política y, sobre todo, en las elecciones. Y así se utiliza, desgraciadamente. ETA, sin duda, lo hizo. Brutalmente. Otros, también. A buen seguro muchos holandeses votaron el miércoles lo que votaron por miedo. A la extrema derecha xenófoba.
En contra de lo que dice Llera, los vascos sí estamos “desnazificando” esta sociedad, en las urnas y en las calles, legitimando los procesos democráticos y deslegitimando a diario la violencia.