LA actuación del aragonés Clos Gómez en algunas fases de la primera parte desquició al respetable. No les faltó razón a los aficionados del Athletic al reclamar dos o tres faltas que se cometieron en zonas de peligro y una tras un empujón a Raúl García. El centrocampista rojiblanco estaba dentro del área del Villarreal, por lo que el colegiado debió pitar penalti. Sí que es verdad que en otras jugadas la grada protestó más por ir dos goles por debajo en el marcador. Se pidió fuera de juego en el primer gol del Villarreal, pero no existió nada ilegal. En el segundo acto, Bailly da con la mano un disparo a bocajarro. El central del Villarreal no puede hacer nada para impedir que el esférico le pegue en el brazo, por lo que Clos Gómez acertó en no señalar los once metros. Fue involuntario. También lo hizo bien al expulsar por doble tarjeta amarilla a Mario, que solo duró un cuarto de hora sobre el terreno de juego.
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