Tele tricornio
SI quieres cambiar el relato de la historia, encarga una película o una serie. Solo hay que tener cierta desvergüenza y algo de presupuesto. Se ha hecho siempre así y a este viejo cinismo se ha aferrado la Guardia Civil para proyectar una realidad falsificada de su pasado y su presente. También puedes impedir por la fuerza que se sepa la verdad, si esta se presenta incómoda y sangrienta. Hubo que esperar dos años para que se estrenara El crimen de Cuenca, que narraba las salvajes torturas sobre dos inocentes. ¡Hace un siglo! El film lo realizó Pilar Miró, posteriormente nombrada directora general de TVE, el mismo canal que ahora contribuye a la mixtificación de la Benemérita (sic) con la serie Olmos y Robles. La imagen divertida y leve de los tricornios no parece chirriar en la memoria colectiva, ni sus víctimas se han alzado de las tumbas.
La interminable lista de crímenes al servicio de la dictadura no solo no fue razón suficiente para su abolición, sino que se ha normalizado el horror de su historia. En este contexto cabe situar las andanzas del cuerpo militar en Mar de plástico, en Antena 3, y sus cuatro millones de espectadores. La culminación es el nuevo espacio de laSexta, emisora de la izquierda, que ha parido Comandancias, donde dicen que allí ya no cuelgan retratos de Franco, ni se enaltece a Galindo y el coraje levantisco de Tejero. Todo es, falazmente, moderno y democrático. Incluso como programa de publirreportajes es una infamia.
Hay que tener poca imaginación para creerse lo que cuentan las pantallas. Al menos las películas y series norteamericanas sobre el FBI y la CIA no nos han dejado un retrato idealizado de estas agencias. Han mostrado, a veces y con alguna honestidad, sus crímenes y miserias. A la Guardia Civil, cuya continuidad es una de las muchas concesiones de la transición española, aún no le ha llegado la hora de la verdad. Los muertos siguen por miles en las cunetas, mientras en la tele se alaban las hazañas de sus represores. A la verdad le gritan: “¡Alto a la Guardia Civil!”. Y disparan.