EL canario Hernández Hernández puso el listón alto y lo mantuvo hasta el final del encuentro, y eso con lo que escasean los árbitros con personalidad. Hay que agradecérselo, ya que estuvo bien en lo más importante, que fue la neutralidad que tuvo durante los noventa minutos. En el primer minuto de juego, Aduriz arranca en posición correcta, ya que lo hace desde su propio campo para romper la defensa del Rayo y aprovechar el pase en profundidad que le sirvió Raúl García. No hay fuera de juego en el 0-1, por tanto. En el minuto 14, se pide mano de De Marcos dentro del área, pero no existe penalti, ya que el jugador del Athletic está retirando el brazo cuando el balón le toca. Acertó Hernández Hernández. Ocho minutos después existe agarrón de Baena a Raúl García en el lanzamiento de un córner. Tonto, pero es penalti. Lo mismo que la expulsión de Laporte en el minuto 64. El de Agen le mete el brazo a Manucho y le derriba cuando encaraba a Iraizoz. Era el último jugador y, con el reglamento en la mano, le debe expulsar. Hernández Hernández lo aplicó con todas las consecuencias, algo que yo aplaudo. Por último, señalar la humildad con la que Aduriz siempre comparte los éxitos con sus compañeros.
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