NO es raro que cuando el Athletic se enfrenta a equipos que lo están pasando mal, que viven inmersos en los puestos comprometidos de la clasificación, los rojiblancos suelen echarles una manita y darles vida. Es lo que ocurrió ayer en el Nuevo Los Cármenes. Cuando un equipo nos juega fuerte y al contacto, no arriesgamos y los errores en defensa son más claros. En todo esto, Carlos del Cerro Grande no tuvo ninguna culpa. La derrota del Athletic fue merecida y el colegiado no influyó en el resultado final. Del Cerro no tuvo la culpa de que los leones fallaran y de que los andaluces perdieran tiempo, unos minutos que luego descontó en la prolongación. No se dejó engañar al comienzo del encuentro, cuando Success se dejó caer dentro del área ante la oposición de De Marcos. No ha penalti. Tampoco sobre Susaeta en el minuto 55. Creo que el eibartarra choca con el rival y pierde la estabilidad, pero no hay nada sancionable. Instantes después, Laporte, en una chiquillada, sujeta un poco a Peñaranda. Si llega a ser un jugador con más picardía y opta por tirarse, es probable que Del Cerro Grande hubiese señalado la pena máxima. El árbitro madrileño llevó bien un partido en el que hubo muchas interrupciones y solamente sancionó la mala intención.
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