EL griego Michael Koukoulakis tuvo un arbitraje tranquilo, sin complicaciones. Se le podría reprochar algo en el primer gol de Iñaki Williams. Aduriz le pone el brazo al defensa serbio, pero este resbala y cualquier cosa que hubiera dictaminado el colegiado valía. Dio la jugada por válida y el tanto subió al marcador. Consintió algunos contactos de los jugadores del Athletic sin mostrar tarjeta, todo lo contrario que a los futbolistas del Partizan, que se llevaron cinco amonestaciones. Fue novedad que los árbitros no llevaran pinganillo y también que la segunda asistente fuera mujer. Una colegiada que estuvo en el pasado Mundial de Canadá, pero que falló en la jugada que propició el tanto rival. Abukabar estaba en fuera de juego antes de encarar a Herrerín. Destacar, por otra parte, la gran labor en el centro del campo de Beñat. Lo mismo que los integrantes de la delantera del Athletic.