lOS últimos partes meteorológicos apuntan hacia el final de la dura tempestad que hemos sufrido desde hace años e impedido salir a navegar a los veleros con autonomía y cierta tranquilidad. Ahora, aprovechando los vientos de bonanza que empiezan a soplar, pacificando las, hasta ahora, procelosas aguas, ampliando el campo de regatas y creando un ambiente esperanzador, las distintas embarcaciones puedan salir de puerto, enfrentarse al mar y buscar la boya de barlovento para ser los primeros en llegar a puerto.
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