¡A por ellas!
SI la política es “la continuación de la guerra por otros medios” (Clausewitz), la tele sería “la deconstrucción de la realidad por sus propios medios” (Blázquez). La singularidad de la tele es que crea realidad que a su vez se recrea en sucesivas realidades de consumo popular, la cotidianidad hecha espectáculo. Y si juntamos televisión y política ocurre lo que ocurre, que nos surge una guerra ficticia contra EITB y su directora general, una grosera deformación de la realidad que se entiende por las patologías de los partidos, el escenario electoral y las obscenas rivalidades mediáticas, elijan. ¡A por ellas! ¡A por Maite Iturbe y EITB!
El asunto tiene dos partes: una OPE, y su acompañante ERE, que Iturbe no puede parar porque tiene el mandato del consejo de administración y que los partidos, en estado de cólera figurada, piden que se revoque, cuando fue aprobado por el 70% de los miembros del órgano rector, el mismo a quien corresponde impugnarlo sin dejar de cumplir la legalidad como saltimbanquis del sistema; y una estrategia de desgaste que va tanto contra Maite -esto roza lo personal-, como contra el Gobierno vasco y el partido que lo sustenta, fuertes en las encuestas. Aquí cada uno tiene su intención: para el PSE es desquite por la etapa anterior, EH Bildu se mueve al compás de la mayoría sindical y para el PP toda la culpa es de ETB que siempre está, qué pesadez, con la matraca de la corrupción genovesa, los presos y el derecho a decidir.
Lo peor es lo de Vocento, con capital en la televisión privada y disputando a la pública vasca la primacía informativa del país. ¡Con qué gozo los viejos periódicos del régimen flagelan estos días a ETB! Son los francotiradores de una guerra cutre cuya víctima, además de la verdad, es la decencia institucional y la vergüenza profesional. ¿Y se quejan los políticos y los medios de su deterioro social? Esto es el anticipo del carnaval. Todos tienen algún interés inconfesable, interés que no es el mío porque estoy desterrado de sus platós; pero amo a EITB.