Haya pasado lo que haya pasado, tenemos ciertas evidencias. La primera, que el referéndum era posible y necesario. La segunda, que el Reino Unido golea a España en democracia. La tercera, que el órdago de David Cameron le va a salir muy caro. La cuarta, la pésima campaña del no, que hizo que hasta Andy Murray cambiara el sentido de su voto hacia el sí tal y como el tenista anunciara a primera hora de la mañana de ayer en su Twitter. La acción del ampliamente reconocido socialmente tenista escocés pudo influir en miles de personas, e hizo que la emoción aumentara.
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