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Cuando llegue septiembre...

ASÍ comienza una canción que se hizo popular en la década de los 60, para agregar que “...todo será maravilloso”. Pues bien, septiembre ha llegado y el PP quiere hacer suya la melodía como preámbulo optimista para el curso 2014-15, poniendo énfasis en una supuesta recuperación económica. No es nueva la estrategia propagandística y, por ello, pongo en valor las palabras de Paul Krugman al señalar que “cuando los mitos económicos persisten, la explicación suele encontrarse en la política”. Dadas las circunstancias, me tomo la libertad de añadir que también se encuentra en los intereses electoralistas, como lo demostró ayer Rajoy con su soflama triunfalista en Soutomaior (Pontevedra).

Porque, junto a datos macroeconómicos relativamente positivos, persisten los graves problemas de la economía real y, en este capítulo, hay que citar, paro, pobreza, desahucios, niños mal alimentados, empleo precario, etc.. Siguiendo la actualidad de esta última semana, les dejo, para la reflexión, el ejemplo de ArcelorMittal, la siderúrgica con sede en Luxemburgo y presidida por el indio Lakshmi N. Mittal, que esta semana ha subido el bolsa cerca del 5% y el viernes planteaba el cierre de su planta en Zumárraga, argumentando “pérdidas millonarias”, provocadas, en parte, por el lastre de una factura energética superior al resto de España y a la media europea.

Con esta incuestionable realidad social... ¿Quién puede alardear de recuperación económica? Solo esa caterva de vividores de la política (y no profesionales de la política), condescendientes con un modelo neoliberal que deja en manos del poder financiero la gestión de sectores industriales estratégicos u ofrecen la estructura pública del estado de bienestar (educación, sanidad, etc.) como oportunidad de negocio para la iniciativa privada; o conceden credibilidad a las recomendaciones del FMI, cuyos tres últimos directores (Rato, Strauss-Kahn y Lagarde) tienen cuentas pendientes con la justicia, o ponen en marcha el ventilador de la corrupción bien sea como cortina de humo, bien para ver si suena la flauta y salpica a otros.

EL ENFERMO SIGUE GRAVE Aparecen, sin embargo, algún que otro síntoma de recuperación. Pero no es suficiente. Lo hemos dicho en muchas ocasiones y hay que repetirlo una vez más: la ligera mejoría en las constantes vitales del enfermo (datos macroeconómicos) permite sacar al enfermo de la UCI, pero su fragilidad es tal que cualquier pequeño contratiempo puede devolverle a los cuidados intensivos. No hay motivos para ese optimismo eufórico que algunos insensatos muestran en cuanto ven una cámara de televisión. Mejor harían en escuchar a quienes ofrecen un acuerdo institucional para salir de la crisis, como ha hecho el PNV, en vez de opositar para ver quién dice la mayor boutade, como Francisco de Borja Sémper, que no puede pasar un día sin aparecer en los medios y ahora lo hace apuntando que Urkullu le “aburre soberanamente”.

Posiblemente, el popular guipuzcoano no se aburra con los trajes de Camps; el aeropuerto vacío de Fabra; la contabilidad B de Bárcenas o la superioridad intelectual de Cañete. Estos y otros de similar pelaje no le aburren como dice que lo hace el lehendakari Urkullu al asegurar que no quiere lanzar las campanas al vuelo y promete rigor presupuestario. Trabajar con los pies en el suelo, es decir, con seriedad y responsabilidad, no es garantía de éxito, pero es un buen comienzo. Esperanzador, al menos, porque se mire por donde se mire, la situación, pese esos síntomas positivos, no es muy halagüeña, salvo para las empresas que quieren crear empleo precario y mal pagado.

No quisiera concluir este primer artículo del nuevo curso sin un ejemplo al que podemos mirarnos. Se trata del sector del automóvil, cuya producción mundial ha crecido un 44% en lo que llevamos de siglo XXI hasta finales de 2012. Las mayores subidas corresponden a China (930%), India (517%), Tailandia (221%); Brasil (200%) y México (178%). Tal y como lo ven, sin errores en las comas. Mientras tanto, la UE ha registrado un descenso del 5,3%, destacando el desplome del sector español que fabrica un 35% menos que en el año 2000.

No cabe duda que este descenso afecta, y mucho, a toda la industria auxiliar de automoción. Sin embargo, el sector vasco (300 empresas, 35.000 empleos y 20% del PIB vasco) mantiene su liderazgo e incrementa su producción gracias a que el 90% de las ventas, por encima de 13.000 millones de euros en 2013 (5% más que en 2012), proceden de la exportación. Claro que, para mantener estos números, el sector invierte el 3,6% de sus ventas en I+D+i y el 50% de sus empleados recibió algún tipo de formación el pasado año.

Estos sí son datos esperanzadores. Algunos, en vez de decir que se aburren deberían preocuparse porque su partido (PP) cumpla con los compromisos adquiridos, como el acuerdo suscrito con el PNV para rebajar en 50 millones de euros la factura energética de las empresas vascas (19.12.2013).

Seriedad y menos mitos económicos, que aún queda mucho por hacer “cuando llegue septiembre...”.