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Vidas paraleas

Se atisba en Muniain unfuturo esplendoroso en 'El Conquis', pero muchoantes triunfará de plenoen el Athletic, ¿verdad?

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Asier Illarramendi se despidió el pasado viernes a lágrima viva de la Real Sociedad, como si le hubieran puesto una pistola en el pecho obligándole a pasar por tan arduo trámite, y al día siguiente amanecía resplandeciente como nuevo jugador del Real Madrid, versión galáctica, por el coste de la operación (38,9 millones de euros) y el sueldazo consiguiente, y profetizando: "mi vida cambia, pero yo no". Para empezar ha pasado del llanto a tirar cohetes en apenas 24 horas, y además invitó a la juerga de presentación en el Santiago Bernabéu a sus 31 colegas de Mutriku, que en vez de ponerse pintureros para la ocasión aparecieron rodeando al feliz futbolista y a Florentino Pérez con la indumentaria habitual de poteo por el pueblo, para pasmo de algunos retorcidos tertulianos del foro, que vieron profesionales de la kale borroka posando jacarandosos en el mismísimo templo madridista en vez de observar lo evidente, que son chicos normales y la mar de joviales amparando al amigo en su día de gloria. Se sabe además que Illarramendi llevará en sus espinilleras la ikurriña. Y que los Ultrasur han tomado nota.

Más escabroso aparenta ser el traspaso de Thiago Alcántara del Barça al Bayern de Múnich, aprovechando el descuido cometido en la renovación de su contrato, que durante el mes de julio le abría las puertas de can Barça por tan solo 18 millones de euros, en vez de los 90 estipulados en su cláusula de rescisión. Por mucho que le imploraron un poco de paciencia, que más pronto que tarde heredaría la batuta de Xavi Hernández para dirigir la sinfónica blaugrana, a sus 22 años ya no estaba dispuesto a ejercer el papel de secundario y ha optado por la aventura con el gigante alemán. La cuestión es que el paso dado lo hace seducido por Pep Guardiola, cuyo hermano, Pere, es además el representante del centrocampista internacional. Alta traición, sin duda se puede interpretar, pues la perversa maquinación proviene precisamente del gran icono barcelonista, convertido en el nuevo capitán del ejército que humilló al Barça el pasado mes de mayo y embarcado también en una cruzada de venganza y desprestigio hacia el presidente culé, Sandro Rosell.

Thiago Alcántara, Asier Illarramendi o Isco, el otro flamante fichaje madridista, ganaron en recientes fechas el Europeo sub'21 y han consolidado su estatus estelar en el planetario futbolístico. Nuestro querido Iker Muniain prometía llevar una vida paralela a la de este victorioso triunvirato, e incluso compartió el laurel en el campeonato disputado en Israel, pero se ha quedado en el camino, y sin embargo también ha sido noticia. No ha protagonizado un sonado fichaje, afortunadamente, pero sus farras en Ibiza fardando en Pachá con el brazalete de capitán del Athletic junto a varios exconcursantes de Gran Hermano llevan retranca. No tendría mayor relevancia los gustos del mozo en tiempo vacacional si no fuera por su inclinación a propalar por las redes sociales sus devaneos sin caer en la cuenta de que estaba trivializando hasta el ridículo un símbolo del Athletic, club donde este tipo de emblemas adquiere un carácter sacramental.

Hace un par de años, durante una concentración con la sub'21, colgó en Twitter una imagen haciendo el chorra acompañado por Javi Martínez y tres chicas, una de las cuales resultó ser una conocida actriz porno. Pero lo peor del asunto es que después de airear sin rubor esas estampas, publicadas por DEIA en la sección de bambalinas, se puso muy digno, se enfadó como un niñato, hizo pucheros y dejó de hacer declaraciones a este diario, el muy sinsorgo.

Se atisba en Muniain un futuro esplendoroso en La Isla de los Famosos o en el Conquis, pero estoy convencido de que mucho antes triunfará de pleno en el Athletic, y jamás querrá cambiar de club. ¿Verdad?