Hay quien pone reparos a las óperas del siglo XX, por pensar que son complicadas. Pero La ciudad muerta (Die tote stant) de Erich W. Korngold, que este fin de semana propone la ABAO, permite saborear una de las cumbres operísticas del pasado siglo. Trata de la pasión desbordada de un hombre que cree reconocer a su mujer resucitada en una joven bailarina. Tiene algún toque freudiano. Es el mayor éxito de este compositor alemán, que también triunfó en Hollywood, donde consiguió dos Oscar a la mejor música original en sendas películas. Se estrenó en 1920, cuando Karngold tenía veintitrés. Hay que prestar especial atención a La canción de Marieta en el primer acto. Los cantantes lo tienen complicado porque es una música muy exigente. ¡Muchos alicientes como para perdérselos!
En la zarzuela también hay oportunidad de disfrutar, esta vez en el Teatro Arriaga, de otro bocado agradable, con La corte del faraón. Tiene una partitura inspirada de Vicente Lleó y un libreto pícaro de Perrin y Palacios. Cuenta las aventuras y desventuras del triángulo formado por el decaído Putifat, su fogosa esposa Lota y el esclavo hermoso y casto José, que había sido vendido por sus hermanos, según cuenta la Biblia. La censura franquista prohibió este espectáculo por considerarlo poco respetuoso con su contenido bíblico. Habrá que prestar atención a la dirección escénica de Emilio Sagi y a la batuta de Carlos Aragón.
Las representaciones de La Celestina han sido tantas que hay que aludir a las distintas versiones. Entre los responsables de la que se presenta en el Palacio Euskalduna hay que citar a la protagonista Gemma Cuervo y al director Mariano de Paco. Destaca la idea central, que alude a la brevedad de la vida y la necesidad de disfrutar antes de que el paso del tiempo arruine la belleza. Han aligerado los parlamentos para lograr un mayor dinamismo de la acción y se ha apoyado la visibilidad de los conflictos.
En el Teatro Serantes, proponen un nuevo análisis de las relaciones de pareja dentro del matrimonio. Se titula Se quieren. Es un texto francés moderno que tuvo el reconocimiento de los Premios Moliere como mejor obra de humor. En París la siguen representando. Aquí, los intérpretes son Enrique San Francisco y Cristina Gallego. Bajo la dirección de Gabriel Olivares, intentan dar respuesta a la interrogante de si hay vida o no después de casarse.
En ballet, hay un plato fuerte en el Teatro Barakaldo. La Compañía Nacional de Danza 2 trae un extraordinario programa compuesto por tres piezas: Holbeg de Edgard Grieg, Pas de deux de Scarlati y Walking mad con música de Maurice Ravel y Arvo Part. En la Fundición, la compañía portuguesa Quarta parede nos ofrece la obra de teatro visual Gota a gota, sobre el agua en todas sus dimensiones y estados. En Pabellón nº 6, con Calla y come se hace una propuesta para realizar una introspección a lo más profundo de nosotros mismos y llegar a la más absoluta fragilidad. En el Teatro Campos, Goyo Jiménez promete En verdad, os digo. Y para los niños se ofrece Abrazos, el musical, sobre viajes mágicos que desarrollan la imaginación.